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Síndrome del piriforme: diagnóstico diferencial y manejo quiroterapéutico

Actualizado: 25 jul

Introducción


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El dolor glúteo con irradiación a la pierna es un motivo de consulta frecuente en centros de terapia manual, rehabilitación y quiropraxia. Sin embargo, no todos los casos de ciatalgia tienen origen vertebral. Uno de los diagnósticos diferenciales que más confusión genera es el síndrome del piriforme, una condición neuromuscular poco reconocida pero con impacto significativo en la calidad de vida del paciente.


Este síndrome ocurre cuando el músculo piriforme, ubicado en la región profunda de los glúteos, comprime o irrita el nervio ciático, provocando dolor irradiado, entumecimiento y debilidad. Aunque su prevalencia exacta es incierta, se estima que hasta el 6% de los casos diagnosticados como ciática en realidad se deben a esta alteración.

Para el terapeuta manual o quiropráctico, diferenciar el síndrome del piriforme de una radiculopatía lumbar es clave para establecer un plan terapéutico eficaz. En este artículo abordamos el diagnóstico diferencial, las características clínicas y el manejo quiroterapéutico basado en evidencia y experiencia clínica.


Opinión de los expertos


La doctora en fisiatría Lucía Bermúdez comenta: “El síndrome del piriforme sigue siendo subdiagnosticado porque clínicamente se parece mucho a una hernia discal o a un pinzamiento lumbar. Sin embargo, una buena exploración física y el conocimiento del mapa miofascial permiten identificarlo y tratarlo eficazmente sin necesidad de intervenciones invasivas”.


Desde la visión quiropráctica, el especialista en terapia neuromusculoesquelética Lic. Rafael Núñez señala: “Cuando se corrige la disfunción sacroilíaca, se libera la tensión en la musculatura pelvitrocantérica, y en muchos casos el paciente mejora rápidamente. El tratamiento manual, la movilización y el trabajo de tejidos blandos profundos son pilares en el abordaje del síndrome del piriforme”.


Desarrollo temático


¿Qué es el músculo piriforme?

El músculo piriforme es un músculo plano, en forma de triángulo, que se origina en la cara anterior del sacro y se inserta en el trocánter mayor del fémur. Su función principal es la rotación externa de la cadera, aunque también participa en la abducción cuando la cadera está flexionada.


El nervio ciático normalmente pasa por debajo del piriforme, aunque en un porcentaje de la población puede atravesarlo o dividirse en relación con el músculo, lo que predispone a un posible atrapamiento.


¿Qué es el síndrome del piriforme?

Se define como una neuropatía compresiva del nervio ciático causada por contractura, espasmo o hipertrofia del músculo piriforme. La compresión genera una respuesta inflamatoria que provoca síntomas similares a la ciática lumbar: dolor, parestesias, debilidad o sensación de corriente eléctrica que puede irradiar hasta la parte posterior de la rodilla o el tobillo.


Diagnóstico diferencial

Es fundamental distinguir el síndrome del piriforme de otras causas de ciatalgia o lumbociatalgia. Entre los diagnósticos diferenciales más relevantes se encuentran:


  • Hernia de disco lumbar (L4-L5, L5-S1)

  • Estenosis de canal medular

  • Disfunción sacroilíaca

  • Disfunción de la articulación coxofemoral

  • Punto gatillo miofascial en glúteo mayor o medio

  • Bursitis trocantérica

  • Síndrome de la banda iliotibial


Claves clínicas para el diagnóstico del síndrome del piriforme:


  • Dolor que aumenta al estar sentado por mucho tiempo.

  • Dolor que mejora al caminar o cambiar de posición.

  • Palpación dolorosa del punto gatillo en el músculo piriforme (por debajo del músculo glúteo mayor).

  • Dolor reproducido con maniobras como el test de Freiberg, test de Pace y test de FAIR (Flexión, Aducción, Rotación Interna).

  • Exploración neurológica negativa (no hay hipoestesia ni reflejos alterados como en la radiculopatía).

  • Resonancia magnética lumbar normal.


Factores predisponentes


  • Sedentarismo prolongado

  • Malas posturas al sentarse

  • Correr en terrenos irregulares

  • Uso excesivo de escaleras o pendientes

  • Hipotonía o acortamiento de los rotadores externos de la cadera

  • Asimetría pélvica o disfunción sacroilíaca

  • Disparidad en la longitud de los miembros inferiores


Manejo quiroterapéutico


El tratamiento del síndrome del piriforme desde la quiropraxia y la terapia manual combina una visión estructural, miofascial y funcional. Se sugiere un enfoque progresivo y personalizado que abarque:


1. Evaluación postural y articular

  • Análisis de la pelvis, sacro y columna lumbar.

  • Test ortopédicos específicos para descartar lesiones discales.

  • Palpación profunda para detectar zonas de hipertonía, puntos gatillo y restricciones miofasciales.

2. Técnicas de ajuste quiropráctico

  • Ajustes en la articulación sacroilíaca y región lumbar baja (L4, L5, S1).

  • Manipulación de cadera y pelvis para restaurar la simetría funcional.

  • Liberación articular de las vértebras lumbares si existe rigidez compensatoria.

3. Masoterapia y técnicas de liberación miofascial

  • Masaje profundo en glúteos, piriforme, obturadores y tensor de la fascia lata.

  • Compresión isquémica o técnica de Jones para puntos gatillo miofasciales.

  • Liberación del nervio ciático mediante deslizamientos neurodinámicos.

4. Estiramientos terapéuticos

  • Estiramiento del piriforme en diferentes posiciones: decúbito supino, sentado y funcional.

  • Ejercicios de movilidad controlada para cadera y pelvis.

  • Técnica de contract-relax para elongar el músculo con seguridad.

5. Reeducación motriz y fortalecimiento

  • Activación del glúteo medio para estabilizar la cadera.

  • Fortalecimiento de core, erectores espinales y multífidos.

  • Integración de patrones de movimiento funcional (sentadillas, puentes, balanceo pélvico).

6. Recomendaciones posturales y ergonómicas

  • Uso de cojines ergonómicos para sedestación prolongada.

  • Cambios de posición frecuentes durante el día.

  • Corrección del patrón de marcha si existe asimetría.


El síndrome del piriforme es una entidad clínica que merece mayor atención en el campo de la quiropraxia y la terapia manual. Su diagnóstico requiere una evaluación minuciosa y un conocimiento profundo del sistema musculoesquelético, ya que comparte características con otras patologías lumbares y glúteas.


El abordaje quiroterapéutico ofrece una alternativa no invasiva, funcional y efectiva, basada en la corrección biomecánica, la liberación de tejidos blandos y la reeducación del movimiento. Cuando se detecta a tiempo y se trata con precisión, el pronóstico suele ser favorable y permite al paciente recuperar su funcionalidad sin recurrir a fármacos ni cirugía.


Como terapeutas, reconocer el síndrome del piriforme no solo es una responsabilidad clínica, sino una oportunidad para devolverle al paciente el control sobre su cuerpo, su movilidad y su bienestar. En nuestro centro quiroterapéutico HB tenemos la experiencia en el trato de este tipo de patologías.



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